DE ALEJO CARPENTIER
Alejo Carpentier Valmont, escritor
cubano (1904-1980). Nació en Lausanne Suiza, hijo de padre francés y madre de
origen ruso. A temprana edad, su padre quiso emigrar hacia América buscando
nuevos horizontes, y Cuba fue el destino final. La familia vivió en el campo
como clase acomodada y mientras su padre le enseñaba literatura, su madre lo
iba adentrando en los secretos de la música. Su abuela materna fue una gran
concertista y su padre también tocaba el chelo. Durante su infancia, pudo
conocer de cerca la vida campesina, sus carencias y la opresión en que vivía
aquella gente. Posteriormente siendo un joven de 17 años, el padre abandonó a
su familia y debió dejar el colegio al que asistía y emigrar nuevamente al
viejo continente, a Francia, donde terminó sus estudios musicales como becado.
Allí tomo contacto con importantes intelectuales de las artes, de aquella
época. Posteriormente regresó nuevamente a la Habana, donde debió sufrir todo
el período convulsionado que vivió Cuba durante la dictadura de Gerardo
Machado. Por su formación tanto musical como literaria, en el viejo continente,
y sus años de niñez, conociendo la realidad de su país de adopción; su
inclinación fue claramente orientada hacia ideas de izquierda. Participó activamente
en la Revolución Cubana de Fidel Castro. Uno de los tantos grandes premios que
le fueron otorgados durante su carrera literaria, fue el Premio Cervantes. La
parte económica, la donó enteramente en beneficio de la Revolución. Además
participó activamente en el plano periodístico, literario y musical del
régimen.
En lo literario, su producción fue
bastante importante, algunas de sus obras: ¡Écue-Yamba-O! (1933) Novela en
francés en donde emplea el lenguaje creole que hablan los negros (Una mezcla de
lenguas de la raza negra). Otra de las más conocidas, es El Siglo de las Luces
(1962), También: Viaje a la semilla (1944) El reino de Otro Mundo (1949), Los
pasos perdidos (1953) y otras tantas, siendo la última novela: “El Arpa y la
sombra” (1979). Aparte de numerosos Ensayos y Libretos de ópera.
Carpentier, es considerado por
muchos investigadores (Paul Valery entre otros), como el iniciador y creador de
un lenguaje nuevo dentro de la literatura latinoamericana; un mundo real
maravilloso que se convierte en realismo mágico cercano a lo fantástico,
atemporal, simbólico, donde predominan diferentes voces y una retórica rica.
Además influenciado por obras musicales, con una clara influencia francesa,
pero a la vez teniendo como base la realidad de los pueblos nuevos de América,
especialmente Cuba.
EL ACOSO. DE: ALEJO
CARPENTIER
1956- Editorial
Lozada- Buenos Aires y otras
Estamos ante una novela
relativamente corta, de algo más de cien páginas, y en ellas se vive toda la
tragedia del momento convulso que vive un país en estado de dictadura, en este
caso es Cuba. Los ideales se polarizan y surgen las conveniencias personales en
las que se ve envuelto nuestro protagonista. Es una ficción in media res, que
comienza mientras este hombre, un joven guerrillero, está escondido en una
butaca de un teatro de la
Habana, escuchando la Sinfonía Heroica
de Beethoven. Él, es un fugitivo a quien el régimen y sus propios compañeros
deben eliminar por las acciones a las cuales fue impelido, anudándose su vida
en una suerte de sino trágico, llegando al estado en que se encuentra, mientras
se desarrolla el concierto. El lector se posesiona de la historia a través de
las percepciones que capta el protagonista, del ambiente y de los personajes
que lo rodean. Luego de un racconto, pincelado de imágenes desde que volcó su
vida hacia ideales políticos, reaccionarios al régimen dictatorial, hasta el
momento en que impulsado por las circunstancias, la más importante, sobrevivir,
debe cometer bajezas que no califica, sólo hay una subjetiva descripción que
llevan al lector a formar su propio juicio.
Son 46 minutos en que el
protagonista recuerda desde su precario escondite, en el teatro de La Habana, su vida anterior. Uno de los más importantes, El
Mirador, aquella mansión que tuvo días mejores, y hoy sólo es recuerdo de una
grandeza que se desintegra. Una anciana moribunda que en niñez fue su nodriza, lo
amamantó y le dio parte de su vida, sin embargo, el hambre lo impulsa a robar
el poco alimento destinado a la vieja mujer que agoniza en soledad. La iglesia
tampoco fue un refugio seguro, ni su familia, ni su pareja, desembocando en un
estado de aislamiento tal que se convierte en un sobreviviente del acoso, así
como un animal que actúa por instinto.
En un inicio, su pecado fue cometer
actos terribles en aras de justicia, como aquel en que debe colocar explosivos
en un funeral, sumados a otros atentados tan cruentos como este; hasta que es
detenido y debe denunciar a sus amigos para conservar su vida, que en esos
momentos es sometida a tormentos casi al linde de lo bestial. En este rodeo que
da la historia para comenzar y terminar el racconto, captamos la angustia del
hombre. Necesita alimento y más que nada dormir, descansar es su único objetivo
inmediato. No se advierten sentimientos de redención, sólo los acontecimientos
que han sido su devenir. Esta especie de sino trágico lo marca hasta que ya no
tiene escapatoria.
El lenguaje es rico en matices e imágenes, una prosa metafórica que no es
fácil de captar en una lectura rápida. Carpentier ocupa símbolos que sólo un
lector acucioso logrará detectar, detalles que poco a poco tocarán la
subjetividad de quien se adentra en su lectura y mediante un monólogo y voces
diversas logrará captar sentimientos y posesionarse del drama que vive el
protagonista.
El desenlace es imprevisto y
simbólico, el fugitivo decide pasar la
noche en el teatro, como lugar seguro, sólo por esa noche, es decir lo
inmediato, sin embargo, sus perseguidores han detectado sus intenciones y
finalmente lo ajustician, sin que tenga la más mínima posibilidad de escape,
tras haber escuchado una de las obras musicales que hablan de ideales, de
combate y de redención.
Hay estudiosos que han considerado
esta obra como una revelación de la
Trinidad, o la
Pasión que debe sufrir el hijo de Dios en manos de los
hombres. En todo caso su religiosidad queda muy de manifiesto a lo largo del
desarrollo de este drama atemporal, cuyos componentes se pueden trasladar a
cualquier tiempo y lugar.
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