Lo perdido
La casa estaba
en una isla. Ellos, miraban por la ventana. Sabían que, al salir de la casa se
terminaba el sueño. Había sido una sorpresa soñar lo mismo y mantenerlo por
varias noches.
Uno de los dos
fue el traidor que al pasear por la playa deshizo el sueño.
Los dos,
añoraron lo perdido.
Continuaron
abrazados sobre el lecho, dormían y soñaban. juntos. Algunas veces perdían un
sueño.
La casa en la
isla se negaba a ellos.
Él, pensaba que
ella era la traidora; ella, estaba segura de que era él.
Una noche, el
letargo de ambos se dividió, cada uno continuó libre de la ensoñación del otro.
De madrugada, el
traidor desapareció, llevándose su fantasía. Ella soñaba que estaba sola, en
una cama cubierta de pétalos rojos.
El sueño perdía
forma, era menos que un anhelo; mientras el despertador la volvía a la
realidad.
Ya despierta
tuvo la sensación de haber soñado. Al abrir la ventana, vio sobre el piso,
junto a su cama, un pétalo rojo, fresco. Lo guardó junto con los otros.
Sus cajones
estaban llenos de trozos de sueños.
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