Dos
cuerpos
Los
encontré helados de frío tiritando
en
la noche lluviosa patética
en
el refugio de un zaguán cubiertos de harapos
Los
encontré en la mañana de niebla
limpiando
vidrios en calles peligrosas
dos
cuerpitos rogando una moneda
Los
encontré ofreciendo flores
frente
a coches suntuosos
Los
encontré sin saber que de mi alma
ya
nunca se borrarían... heridas latientes
Con
manos unidas mi voz tiritaba una oración
y
helada me preguntaba por qué
Los encontré comiendo migajas
de manos de un patrañero maestro siniestro
Siniestra
calle de corrupción camino al desvío
De
la imagen de la justicia la
balanza cayó
De
sus manos pájaros heridos
caen
al abismo como mi corazón
Revoloteos de recuerdos
Alegre
apenas
salgo
al empedrado
recorro
senderos conocidos
jugando
a muerte
un Judas en cada esquina
siglos de clavos
sangrantes
acusando a inocentes
amigos que dicen serlo
abuelos
esperando
migajas de pan
caricias con revoloteos
de recuerdos.
La balanza siempre
hacia el repugnante oro
(piececitos descalzos
entumecidas manitos)
Mi
espíritu
salta
al vacío
no
quiero morir
quisiera jugarme.
Aleluya
Dejaré
que mis sueños
crezcan
no permitiré
pasen
al olvido
ni
que duerman escondidos
Mi corazón todo se
alegra
Nadie ni tempestad
con mares revueltos
podrán avasallar mis
anhelos
En
mis manos abiertas
Caerá
la tarde
de
largos días
Esperare
la luna
como enamorada
Las
estrellas me acarician
Como
flores iluminan
mi
alma ansiosa
de
días felices
La dicha existe
basta con cantarle
Aleluyas a los campos
Vientos y mares
Gritar
verdades
que
se haga la luz
mientras
pájaros vuelen
el
universo cante
al sol de la mañana
con poemas de amor
Del libro "Paisajes de añoranzas"/Ediciones Literarte 2013
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